Frank Naef es un nombre entrañable para los eurofans. Es suizo y a día de hoy cuenta 83 años. Nació en Lugano en 1928, curiosamente en la misma ciudad donde 26 primaveras más tarde tendría lugar la primera convocatoria del Festival de Eurovisión. Durante su juventud, el señor Naef fue periodista y acabó trabajando en la televisión suiza como ejecutivo. En 1978 la UER le encomendó la tarea de sustituir al veterano Clifford Brown, responsable de Eurovisión en sus 22 primeras ediciones.
Naef fue el supervisor ejecutivo del Festival de Eurovisión en su época más negra, justo entre 1978 y 1992, cuando menos éxitos internacionales emanaron del concurso. Su presidencia coincidió con la erradicación de la norma de libertad lingüística instaurada en 1973. Durante sus 15 años al mando del Eurofestival no hubo prácticamente cambios: solo destaca el debut de Islandia (1986), Chipre (1981), la esporádica participación de Marruecos (1980) y el retorno de Malta (1991). Frank Naef fue un hombre muy conservador con el Festival de Eurovisión, tenía miedo a las innovaciones y nos acostumbró a una Eurovisión sobria, estable y sin cambios.
NUNCA VIÓ CON BUENOS OJOS EL NUMERITO DE LILL LINDFORS
Para la historia queda el soponcio que le dio a su señora esposa cuando la presentadora Lill Lindfors se quedó en bragas justo antes de comenzar las votaciones de 1985. Aquel numerazo no se ensayó durante los ensayos generales porque la SVT temía la censura de la UER y fue toda una sorpresa para la cúpula directiva de Eurovisión. Frank nunca vio con buenos ojos las libertades que se tomaron los suecos para organizar la edición de Göteborg y tal vez por ello les obligó a que la edición de 1992 fuera un pelín más clásica.
Otro momento con el que tuvo que lidiar el señor Naef durante su mandato fue con la interminable votación de Eurovisión 1991. Toto Cutugno y Gigliola Cinquetti acabaron con sus nervios por los contínuos problemas para conectar con los jurados y la insistencia de Cutugno en repetir en italiano todas las votaciones.
ADELANTÓ SU JUBILACIÓN POR MIEDO A LOS CAMBIOS QUE IBAN A TRAER LOS PAÍSES DEL ESTE
Durante la semana eurovisiva de 1992, Frank Naef convocó a los periodistas acreditados en Malmö para informarles de su irrevocable decisión de abandonar el barco de Eurovisión. Tenía 64 años entonces y su jubilación estaba prevista para 1993 pero quiso retirarse de su cargo porque no quería asumir la responsabilidad de crear las nuevas reglas que iban a regir Eurovisión a partir de 1994.
La UER tenía que incorporar a los países del Este que aspiraban a concursar en Eurovisión y Naef, como todos los ejecutivos de la UER, estaba tremendamente preocupado por el futuro del festival. Se rumoreó entonces que si las nuevas reglas no tenían éxito, el Festival podría desaparecer en pocos años. Y es que ya se temía que iban a quedar muchos países apeados de la final porque estaba claro que una final con 30 o más canciones era inviable.
La encargada de decirle adiós a Frank Naef en nombre de todos los cantantes fue Carola, la ganadora de Eurovisión 1991. Lo hizo entregándole un ramo de flores, que el señor Naef aceptó muy emocionado.
