Tras dos preselecciones bastante cuidadas del país austral, la pandemia ha vuelto a traernos una pronta elección interna: en abril de 2020 la SBS confirmó a Montaigne para 2021 desmantelando (o, al menos, retrasando) los planes de retorno de Dami Im. La elección de la canción fue más complicada. Durante este largo año, se especuló oficialmente con dos temas: JC Ultra, sobre los lavados de cerebro de la CIA, y otro compuesto por la famosísima Diane Warren (coautora de Reino Unido 2009). Finalmente fueron descartados para decidirse por Technicolour, presentada el 4 de marzo en la radio australiana.
Technicolour es una de esas canciones que presume de título alejándose de las fórmulas más genéricas y retrotrayéndonos a la Eurovisión clásica. Una propuesta pop fresca y original en un subestilo, el hyperpop, exagerado, con giros y, según la intérprete, lleno de «travesuras». La canción es un himno a la diversidad oponiéndose a un mundo frustrante y muy cambiante con uno en color con gracia, estilo y ¡láseres!
Nacida en Sídney en 1995, de raíces argentinas, españolas, francesas y filipinas, fue bautizada como Jessica Alyssa Cerro. Con dos álbumes con éxito moderado en el mercado australiano, ha estado centrada en Eurovisión todo el año. Haciendo justicia a su nombre artístico (Montaigne), escogido por el filósofo escéptico francés homónimo, las casas de apuestas dudan de sus posibilidades de estar presente en la Gran Final.
Por David Feijoo
