José-Miguel Ullán, el sarcástico comentarista español de las ediciones de 1983 y 1984 del Festival de Eurovisión, nos dejó el pasado sábado 23 de mayo. Ullán desarrolló una abundante actividad dentro del periodismo cultural y publicó numerosos libros de poesía. Sus ácidos comentarios eurovisivos no dejaron indiferente a nadie. Vaya desde aquí nuestro recuerdo a este comentarista.
José-Miguel Ullán nació en Villarino de los Aires (Salamanca) en 1944. Tras formarse académicamente en Salamanca y Madrid, decidió exiliarse y vivir en París durante la última etapa de la dictadura franquista. Fue allí donde creó sus primeros poemarios y donde dirigió las emisiones en lengua española de France Culture (ORTF). En 1976 regresó a España, donde se fue abriendo paso en el mundo de los medios de comunicación. En 1980 se incorporó a la nómina de El País, donde ejerció como crítico musical y de artes plásticas.
La llegada de los socialistas al poder abrió la puerta a la “televisión del cambio” y Ullán fue fichado para realizar los comentarios del Festival de Eurovisión en sustitución de Miguel de los Santos. Acudió a las convocatorias de 1983 y 1984, aportando un peculiar estilo que, para bien o para mal, rompía con todo lo escuchado hasta ese momento.
En 1985 tuvo que ser reemplazado por un tal Antonio Gómez (crítico de El País) porque TVE le ofreció a Ullán el espacio musical Tatuaje. Simultáneamente comenzó sus colaboraciones con Diario 16, del que llegaría a ser subdirector.
Como poeta ha sido adscrito a la llamada generación de los 70. Entre sus obras poéticas destacan: El jornal (1965), Amor peninsular (1965), Un humano poder (1966), Mortaja (1970), Antología salvaje (1970), Cierra los ojos y abre la boca (1970), Maniluvios (1972), Alarma (1976), De un caminante enfermo que se enamoró donde fue hospedado (1976), Manchas nombradas (1984), y Rumor de Tánger (1985). En 1994 fue finalista al Premio Nacional de Poesía.
Su vinculación con el mundo del arte se mantuvo, llegando a ser comisario de numerosas exposiciones de artes plásticas en los más prestigiosos museos de nuestro país.
El mejor homenaje que podemos hacerle a José-Miguel Ullán es escucharle recordando uno de sus personales comentarios de Eurovisión 1983.
