El festival de Eurovisión de 2013 pasará a la historia por el menos transparente de los últimos años, a día de hoy seguimos sin saber el resultado del televoto desglosado en los diferentes países ya que no se han facilitado cuantas llamadas fueron recibidas por cada canción. Además es desglose de televoto/jurado fue documentado en un teorema de Pitágoras digno de la prueba de matemáticas del informe PISA. La UER ha endurecido las normas e implementa un sistema de penalización para aquellos países que intentan manipular las votaciones.
Mucho ruido y pocas nueces, la UER responde así a las denuncias sobre compra de votos que salpicaron de lo lindo a Copenhague 2013 y que aparecieron en la prensa de la mayoría de Europa. Una reacción que llega tarde y no como todos esperábamos, no obstante parece que finalmente van a empezar a tomarse en serio los sospechosos y cada vez más obvios intentos de voto fraudulento.
En caso que se detecten irregularidades, entendemos intento de compra de votos, antes, durante o después del festival, el grupo de referencia iniciará un proceso de investigación que podría culminar con hasta tres años de exclusión del festival para la emisora responsable. Ahora bien: ¿Qué irregularidades? Un ejemplo sería el detectar un gran número de votos desde una zona en particular en caso de televoto, el resto de sospechas tendrían que estar probadas y documentadas.
¿Crees que estas normas van a significar un avance en la transparencia e integridad del sistema de votación?
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