¿Qué hubiera sido de nosotros sin aquellos soportes electromagnéticos?

luna_d'argent

Pilar Guijo /

Corrían los años 90. Entre todas las aficiones, Eurovisión. Sola en Huelva, desde hacía años, me hacía ilusión y disfrutaba al llegar la fecha de tan esperado Festival como en aquel 1991 y lejos de contar con Internet, los anuncios se movían, entre otros medios, por Teletexto.

 

Ahí fue donde vi la luz, pues un chico llamado Juan Manuel Martínez, de la Línea de la Concepción (Cádiz), decía que si nos gustaba Eurovisión, le escribiésemos, y no tardé en contestarle por vía epistolar. A través de él me hice socia de AEV, comencé a hacer amigos y con ello vinieron los concursos, las revistas y los Congresos.

No creo que haya usado más la institución de Correos, tanto para recibir la revista, que por cierto, no era Olevisión, sino Eurovisivos las cuales conservo en casa intactas, como para recibir todas y cada una de las cartas de los que actualmente siguen siendo amigos míos y vuestros. Personalmente escribía de media unas diez cartas diarias, era tan bonito como agotador y estresante ya que tenía que ir al Instituto y atender otros menesteres.

1995
IV Congreso AEV, Barcelona 1995

Los concursos… ¡Qué proeza! Ahí los reyes eran el teléfono (sin tarifa plana) y la cinta de casete. En la revista se anunciaba el concurso con todas las normas y ahí comenzaba el turno de la cintas magnéticas, donde guardábamos la canción elegida, y en algunas ocasiones se hacían preselecciones cuando habían grupos participantes por un país o provincia, según el concurso. Luego, los organizadores se armaban de paciencia para grabar todas las canciones en una sola cinta (con presentaciones y saludos varios) y atención… ¡hacer tantas copias como concursantes había! Ni cortar, ni pegar, ni copiar, ahí te pasabas escuchando la original tropecientas veces, no había modo de poder hacer una copia o seleccionar las favoritas, tenías que escucharte las dos caras incluso hasta de 45 minutos cada una. ¿Que querías oir de nuevo la tercera canción de la cara B? ¡Ajo y agua! ¡Aquí no habían tracks! Los encargados de servirnos eran el FFW y REWIND hasta que la encontrabas, y mejor que no se enredase la cinta ya que si no la perdías.

¡Qué felices éramos! Lo pasábamos genial aunque fuese mucha tarea. Luego quedaban los votos, que al principio se enviaban también por cinta, gracias a TDK, BASF y a todas esas marcas que apostaron por ese formato, pero luego se modernizó haciendo uso del teléfono, teniendo que llamar a un teléfono a una hora determinada y dar los votos, que los organizadores grababan como podían para luego distribuirlos de nuevo por cassette entre todos los participantes.

huelva96
V Congreso AEV, Huelva 1996

Los Congresos: ¡menuda preparación! Lo digo porque yo misma organicé, como sabéis muchos, el del 96 en Huelva. Fue una de las cosas más bonitas de mi vida. Sin Internet, a base de cartas, teléfono, casetes y videos (por supuesto BETA y VHS), pero pudieron estar ahí todos aquellos maravillosos asistentes y pasar juntos unos estupendos (y fríos) días.

Y para terminar, no quiero pasar por alto mi época de tesorera. Ahí sí que me hubiese ayudado estar conectada a la Red, pero bueno, todo salía a la perfección, a pesar de contabilizar a base de estadillos de banco (no había otro modo), que llegaban a casa (así me aprendí nombre y apellidos de cada miembro de la Asociación).

La guinda del pastel, y por ahí hemos pasado todos, es cómo teníamos que grabar los Festivales… ¡sobre todo grabar los vídeos! Que si eran anunciados para una hora y lo emitían a otra, programando el cacharro tan tranquilamente porque al ser tan tarde, pues había que irse a la cama, mañana se vería mejor… ¡Y te encontrabas con un documental de elefantes, menudo disgusto!

Las tecnologías de hoy en día nos han hecho mucho más fácil el trabajo, pero quería recordar que aquellos tiempos también fueron buenos, y cómo teníamos que inventarnos mil ideas para que todo fuese a la perfección, ¡Siempre lo hemos conseguido!

Con todo mi corazón quiero enviaros miles de besos a todos los eurofans, porque os quiero muchísimo, pero deseo dedicar mi artículo a quien me hizo socia y con ello, el tener la oportunidad maravillosa de conoceros, ese muchacho estupendo que siempre ha sido el alma de todas las reuniones eurofans y que ya he nombrado: Juan Manuel Martínez. ¡No solo te quiero yo, sino todos y cada uno de estos corazoncitos eurovisivos!

¡Hasta pronto, euroamigos!

Nota: Este artículo fue escrito antes de la despedida de nuestro euroamigo Juan Manuel, la dedicatoria ya estaba hecha para darle ánimos, y se ha publicado después. Pilar Guijo ha añadido al artículo las siguientes palabras: Juan Manuel, tu esencia se queda junto a nosotros. Descansa en paz, número 1.

1996
V Congreso AEV, Huelva 1996
Tags :

Más entradas:

Últimas entradas:

EUROVISION.TV

EUROVISIÓN EN RTVE

ESC RADIO

DESCUBRIENDO EUROVISIÓN