Reflexiones sobre Eurovisión 2010

En todos sitios cuecen habas. Y es que aunque las voces de los eurofans (y no tan eurofans) españoles se alzaron contra RTVE cuando permitió que personajes como Pop Star Queen, John Cobra o El Pezón Rojo entraran en Tu país te necesita, España no sería un caso aislado. Voces críticas hay en todos los sitios, y más cuando el pueblo piensa que tiene razón y se levanta contra la televisión de su país argumentando que la elección del cantante es un derecho tan democrático como la elección de nuestros representantes en las cámaras.

Pero no es así, desengañémonos. La Televisión Pública es pública, pero no por ello tiene que someter al juicio de los televidentes todas las decisiones que toma. Afortunadamente en España se ha reculado, se ha explicado lo sucedido y se han anunciado medidas para la selección de 2011. Pero, ¿qué hubiera sucedido si John Cobra no la hubiera liado parda en el plató de Destino Oslo?

Cuando pensábamos que éramos los únicos incomprendidos en Europa, salta la alarma en Portugal. La canción favoritísima de los eurofans es defenestrada por el jurado y queda segunda a un solo punto de la vencedora. Más tarde, los eurofans franceses se echan las manos a la cabeza al desvelarse el nombre del cantante que les representará y, sobre todo, que sucederá a la gran Patricia Kaas en el escenario eurovisivo. Por su parte, los seguidores británicos no pudieron evitar que se les salieran los ojos de las órbitas al escuchar la tan esperada That sounds good to me.

¿Deben las televisiones públicas dar explicaciones sobre los procesos de selección que realizan si el resultado no es del agrado general?

Pero aquí no acaba todo. En los últimos días hemos asistido a los despropósitos de algunos países del este de Europa como Ucrania o Bielorrusia. De este último, ya eran conocidos sus trucos para cambiar la canción a pesar de haberse elegido otra, como ya sucediera en 2005. Este año han vuelto a hacerlo y han sustituido la canción seleccionada inicialmente Far Away, por otra en la tónica de Eurovisión 2010, es decir, lenta, llamada Butterflies. En este caso la selección fue interna, por lo que el público no se gastó ni un duro en votar a una canción que luego no iría, tal y como sucedió en 2005. Eso por no hablar de la pelea entre las televisiones por ver cuál de las dos sería la que elegiría a la canción representante. Por su parte, la historia de la representación ucraniana no tiene desperdicio. Después de elegir al cantante en una muestra de nepotismo de las que ya no se recuerdan, dan marcha atrás tras las presiones populares y seleccionan una canción en tres días que incumple todas las normas habidas y por haber. Ahora tiene una semana para presentar una canción decente, aunque la televisión será amonestada. Y yo me pregunto, ¿por qué no fue amonestada cuando se descubrió el escándalo en la preselección? ¿Debe la UER tener más poder sobre la elección que hace cada televisión?

Al final todo quedará en agua de borrajas y cuando escuchemos las canciones los días 25, 27 y 29 de mayo, probablemente olvidemos todas estas vicisitudes… hasta el año que viene.

Afortunadamente hay algunos países que demuestran, año tras año, su profesionalidad y su buen hacer al elegir a su representante. El único país en Europa que continúa con el espíritu de los inicios de Eurovisión es Israel. Este año casi nadie se ha arriesgado a envíar a sus grandes estrellas para allanarles el camino hacia Europa. Sin embargo, Israel lleva unos años apostando por los mejores y el resultado es un país orgulloso de su representante y unos eurofans admirados, en general, por la elección israelí.

Los países nórdicos tampoco decepcionan: Suecia, Noruega, Dinamarca han realizado preselecciones con una gran calidad tanto en la forma como en las canciones, por mucho que nos quejemos de que Melodifestivalen ya no es lo que era. Otros países han «progresado adecuadamente» como pueden ser España (sin Cobra) o Alemania. El proceso de selección y la elección final de Lena Meyer-Laundrut han sido todo un éxito. El single de Satellite ha llegado nada menos que a disco de oro en pocas semanas y el resto de las canciones de la final están en la lista de las más vendidas. Creemos que el éxito ha sorprendido a la propia televisión, que sin duda ha conseguido sus objetivos para 2010. Ahora solo falta ver cómo lo hace la joven cantante alemana en Oslo.

La impresión general es que el Festival de Eurovisión 2010 es bastante malo en cuanto a la calidad de las canciones. Muchas se quedarán como están y otras sufrirán algunos cambios, pero es muy probable que la semana del festival, tras escuchar las 39 canciones centenares de veces, pensemos que, al final, nuestro festival nos sigue apasionando como siempre.

Tags :

Más entradas:

Últimas entradas:

EUROVISION.TV

EUROVISIÓN EN RTVE

ESC RADIO

DESCUBRIENDO EUROVISIÓN